El caballito de madera es un antiguo trabajo artesanal de Suecia. Los caballos se hacían originariamente en todo el país, pero luego solamente se continuó la producción en la región de Dalarna. De ahí viene el nombre “Dalahäst” (Caballo de Dalarna) y es un símbolo muy conocido de la cultura sueca.
Antiguamente, el caballo era la propiedad más estimada y un símbolo de estatus. Tener un caballo aumentaba la posibilidad de sobrevivir en un paisaje árido y despoblado.
En algunas culturas nórdicas, hubo cultos religiosos a caballos. La expansión de los viquingos dependía de buenas armas, barcos rápidos y caballos fuertes. Durante la Edad Media, el caballo se convirtió en un símbolo de prosperidad y poder deseado por reyes, caballeros y agricultores.
Un amor general por los caballitos de madera vive en el alma sueca. Un caballo no sólo es una propiedad de gran valor, sino también un compañero y un amigo de confianza – un personaje mágico en el arte, la poesía, el canto y la leyenda.
No es una sorpresa que fuera el caballo el animal que la gente empezara a tallar como icono.